La rentabilidad media de los plazos fijos a un año se encuentra en el 0.03 %, según el Banco de España. Este es el producto por excelencia que ha utilizado la gran mayoría de la sociedad para conseguir rentabilizar sus ahorros.

Hay que tener en cuenta que los españoles somos, en general, unos inversores muy conservadores, primando la seguridad a la rentabilidad, nada que ver con nuestros vecinos europeos. Muchos recuerdan con añoro, hace algunos año atrás, en un escenario de tipos de interés más elevados, las campañas comerciales tan agresivas de las entidades financieras, con la denominada guerra del pasivo.
Ahí nos encontrábamos con depósitos a plazo fijo con rendimientos superiores en algunos casos al 5 %, entonces la política monetaria del Banco Central Europeo era muy diferente al día de hoy. También, los préstamos hipotecarios mantenían unos precios mucho más elevados al encontrarse el euríbor a unos porcentajes demasiado inflados. Algo parecido pasa en estos momentos con la evolución del euríbor, pero justo al contrario. Dejando datos históricos y manteniendo una situación económica y monetaria muy extraña y en algunos casos, provocando la posibilidad de consecuencias en el medio plazo.

 

¿Qué hacemos ahora con nuestros ahorros?

Acudimos a nuestro banco con la intención de adquirir algún producto, que sea conservador y que nos pueda servir para que nuestros ahorros generen algo de rendimiento, pero nada. Lo único que nos encontramos es la persistencia de los comerciales de la entidad en vendernos fondos de inversión. Este tipo de productos, que los hay con diferentes modalidades, características, políticas de inversión que pueden adaptarse a diferentes perfiles, sin embargo, es muy importante saber, que pueden hacer que soportemos pérdidas sobre nuestra inversión.

Hasta hace poco tiempo, se comercializaban los fondos de inversión garantizados, estos sí preservaban nuestro capital, siempre y cuando no reembolsáramos antes del vencimiento. Una vez tomemos nuestra inversión al final del plazo, nos entregaban los intereses comprometidos. Este tipo de productos garantizados, en un contexto de tipos de interés al cero por ciento, no es posible su constitución dado que los gastos y comisiones que se generan hace que el producto no sea interesante para el consumidor final, el cliente.

¿Entonces qué hacemos?

De imposiciones a plazo fijo nos olvidamos, a no ser que queramos comprarlos online a entidades radicadas fuera de nuestro país y cubiertas por el fondo de garantía de depósitos de su zona. Aquí, si existen algunas ofertas más atractivas con mayores rentabilidades conforme más tiempo ampliemos compromiso de permanencia.

Otro de los productos que pueden ser interesantes, son los planes de ahorro, productos que son parecidos a los plazos fijos, en cuanto a que no hay riesgo en nuestra inversión, donde nos garantizan que si necesitamos tomar nuestros ahorros, no cogeremos menos de los que suscribamos.

Existen mucha variedad en las características de estos productos dependiendo de la entidad que lo comercialice o aseguradora. También, dentro de este producto, existen diferentes modalidades. La finalidad de este producto es la de aportaciones periódicas que generen un ahorro. En algunas modalidades, permiten realizar aportaciones extraordinarias, limitadas a un importe al año.

Este producto es una buena salida para una parte del ahorro, sin riesgo sobre nuestro capital, una rentabilidad algo mayor que los depósitos a plazo actuales, con posibilidad de aportaciones periódicas que generen interés compuestos y sobre todo con ventajas fiscales.

El problema es que hay que conocer bien cuál de estos productos de ahorro son mejores para nosotros. El importe que podemos derivar y la mejor oferta que haya en el mercado dado que muchos de estos productos mantienen una rentabilidad demasiado baja comparada con otras.

¿Y si no qué?

Si no están convencido en planes de ahorro o no te encajan, desde luego no estás interesado en fondos de inversión u otros productos que puedan generar volatilidad y la posibilidad de soportar minusvalías, es mejor no hacer nada. Es decir, mantén los ahorros en una cuenta corriente paralela hasta nuevo aviso. Esto siempre es mejor que entrar en un producto que no conoces o aceptar una volatilidad que luego pueda darte dolor de cabeza.

La inflación actual es baja, por lo que dos o tres año no va a generar una pérdida de poder adquisitivo sustancial. También existe la posibilidad de invertir en inmuebles, esto es muy conocido en nuestra sociedad, pues también es un producto por excelencia para los españoles, y dirigir sus ahorros a este tipo de activos. Que recordemos, son muy poco líquidos y dependiendo de cuando compremos, podemos soportar importantes minusvalías latentes.

Insisto, esperar y tener paciencia es lo que sugiero en este tipo de situaciones. Y sobre todo, estar muy informado y formado para que la decisión sea la más acertada y óptima posible.

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